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Perdonar libera de amarguras el corazón

Al perdonar no solo somos más felices, sino que afianzamos la esperanza y seguimos creyendo en lo que anhela nuestro corazón, nos quitamos pesos de encima para andar más livianos por la vida, nos libramos de amarguras y hasta de enfermedades mentales y físicas. Se ha confirmado que pacientes con cáncer tienen mayor calidad de vida cuando perdonan.

Cuando se habla de perdón, por lo general se piensa en “perdonar a los demás”, sin embargo, hay una parte importante del perdón que nos va a marcar la forma cómo nos relacionamos con el mundo y es perdonarnos a nosotros mismos. Para eso, solo necesitamos revisar nuestro corazón y preguntarnos qué hemos hecho o dejado de hacer de lo cual no estemos tan orgullosos para mirarnos desde el amor, comprendernos y aceptar que, como todos, somos personas que estamos en esta espiral de crecimiento solo por el hecho de tener vida.

También es común que en una discusión, una de las personas diga con tono desesperado “bueno perdón”, pero sin realmente creerlo o querer resarcir el daño, solo con la intención de terminar la discusión. Esto no soluciona el problema y lo más grave es que por no tener conciencia del daño que se hizo a la otra persona, se puede repetir una y otra vez esa misma situación. Por eso es importante hacer un alto, reconocer en qué se ha fallado y con la intención de sanar la herida y la convicción de no volver a caer en ese error, pedir perdón de verdad.

Perdonar beneficia la salud mental, física y emocional:

En 2011, la International Society of Behavioral Medicine realizó un estudio en el que se descubrió que el perdón está asociado directamente con ciertas medidas de salud, incluso con los medicamentos que toman los pacientes, el sueño y la fatiga.

Perdonar reduce el riesgo de un ataque al corazón, de depresión o ansiedad, disminuye la producción de cortisol, la hormona del estrés y mejora el sistema inmunológico.

A nivel emocional se experimenta mayor sanidad, ya que las personas que perdonan son más felices, logran tener más esperanza al seguir creyendo en los sueños de su corazón, no limitan su vida por miedo a que los hieran y en lugar de eso aceptan a los demás con amor, sabiendo que nadie es perfecto y todos se pueden equivocar; toman riesgos para dejar de existir y comenzar a vivir.

Pasos prácticos para perdonar:

  1. Ser compasivo: Tener claro que nadie es perfecto y todos cometemos errores y podemos aprender a ser mejores personas.

  2. Reconocer los sentimientos que se tienen contra la persona que ha hecho el daño. Aceptar la ira, tristeza, frustración o deseo de venganza.

  3. Orar o meditar: En muchas ocasiones las personas no tenemos la fuerza para perdonar, por eso es necesario en el proceso conectarnos con Dios, el Amor Infinito/Perfecto, Ser Supremo, Universo, para entregarle la carga de esos sentimientos que no nos dejan perdonar. Y en seguida:

  4. Recibir el perdón: Que viene por parte de ese Ser Supremo que no es limitado y que nos acepta a todos por igual, que conoce nuestras limitaciones y nos ama sin condición.

  5. Entregar el perdón: Imaginar que hacemos entrega del perdón que nos ha dado ese Ser Supremo, a la persona que nos ha herido.

“El perdón es una cualidad humana, si no la tenemos, no estamos completos, no somos funcionales”, Frederic Luskin, Ph. D. en Consejería y Psicología de la Salud de la Universidad de Stanford.

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