Reírte de ti mismo te devuelve el derecho a ser TÚ
Te convierte en tu mejor amigo porque te ayuda a aceptar que tienes derecho a ser como eres, sentir lo que sientes, querer lo que quieres y hacer lo que haces sin pensar en si está bien o mal, sin juicios.

Cuando aprendemos a reírnos de nuestros “defectos” o de las situaciones difíciles o pruebas por las que atravesamos, nos liberamos de la vergüenza, nos damos cuenta que nada es tan terrible y que tal vez incluso ese “error” o traspié es necesario para aprender a aceptarnos y amar nuestro camino lleno de piedras porque todo lo que nos pasa es para bien.
En cada segundo de nuestra vida tenemos la posibilidad de elegir entre dos opciones: la primera es ver en cada situación todo lo malo, lo negativo y oscuro, lo que nos quita la paz o nos hace daño; la segunda es ver lo bueno, la enseñanza, el reto de aceptarnos o ser mejores personas, por ejemplo, cuando aprendemos a perdonar, dejar ir, liberarnos de culpas y agradecer.
En los momentos en que decidimos mirarnos con sentido del humor se nos hace más fácil el camino, aprendemos más rápido las lecciones, alivianamos las cargas y sobretodo decidimos vivir una vida feliz, amando incluso el sufrimiento y el dolor, que nos ayudan a crecer porque reírnos de nuestro drama es abrazarlo con amor y agradecerle todas las enseñanzas. Esto nos hace resilientes.
Con los parámetros que crea la sociedad constantemente, nos hemos acostumbrado a tener que luchar y a veces a desconectarnos de lo que realmente somos o queremos para ser considerados personas exitosas en cualquier área de la vida. Esto ha hecho que nos olvidemos de respetar nuestro proceso, la libertad de ser auténticos y sobretodo de encaminarnos a cumplir el propósito por el cual estamos en la tierra.
El humor es una herramienta que nos ayuda a conectar con nuestra esencia, a dejar de lado esos juicios, retos impuestos y críticas que nos hacemos cuando no los podemos cumplir porque no nos apasiona o no tienen nada que ver con nuestro propósito.
Cómo reírte de ti mismo:
Te comparto algunos ejercicios, formas de pensar y de actuar; que me han servido para reírme de mi proceso, abrazar con amor aspectos dolorosos de mi vida y mirar con ilusión lo que vendrá.
Recuerda que la vida es un ratico: Todo pasará, no dura para siempre y no sabemos cuándo, pero llegará un día en el que vamos a dejar de existir en este mundo, así que aprovecha cada situación o “defecto” que tengas en ti para crecer, aprender a amarte y aceptar tu propio camino.
Mírate desde afuera: Cuando estés en un momento de estrés, rabia, tristeza o falta de aceptación, cierra los ojos e imagina que estás viéndote como en una película o novela de amor y dolor, piensa en ti como si fueras otra persona y si es necesario utiliza tu imaginación para ponerle un toque de comedia a todo lo que te pase, exagera la situación como al estilo Clown y empieza a reírte de ti con amor y ternura, viendo todo lo que puedes aprender de ese momento.
Carcajéate porque sí: ¡Esto puede sonarte un poco loco, pero sirve! Cuando pienses en eso que no te gusta de ti o de tu vida ponte a reír, empieza con un ja, luego auméntalo a dos jaja, luego tres jajaja y así, hasta que realmente empieces a carcajearte. Vas a ver que tu cerebro segregará hormonas y con esto le enviará mensajes a tu cuerpo para que se sienta feliz, libre y relajado con respecto al tema que te afecta. A su vez, tu mente y espíritu se activarán hacia lo positivo, podrás aprender más rápido la lección y vas a sentirte más liviano cuando veas que nada es tan terrible y todo tiene solución.
Si otros se ríen de ti, ríete: El reto es no tomarse nada personal, entender que para la otra persona puede ser chistoso algo de ti o de tu vida, ponerte en su posición y reírte a su lado, pero siempre con amor hacia ti, sin juicios y con aceptación.
Algo a tener en cuenta aquí es saber poner límites porque hay una frontera que a veces se cruza cuando las personas utilizan el humor sobre otras y es que pasan del amor al sarcasmo para hacer juicios que terminan por generar dolor. Por eso en este escenario debemos ser asertivos y exigir con amor nuestros derechos, respetando los derechos de los demás. Pero insisto, sin tomarse nada personal, solo estableciendo sanos límites que puedas necesitar para sentirte respetado.
Cuenta tu “novela mexicana”: Cuando pasamos por crisis o etapas en las que todo sale “mal” y le contamos eso a alguien, llegamos a reírnos al escuchar nuestra propia historia porque vemos todo como si fuera una novela de amor y dolor, terminamos diciendo frases como: “Esto solo me pasa a mí y al Pato Donald”. Aprovecha ese momento para aceptar con amor y humor la prueba y seguir adelante.
Aprender a reírnos de nosotros mismos es una señal de que gozamos de un fuerte amor propio y una decisión inteligente en nuestro entrenamiento constante para ser felices y crear nuestra mejor versión día a día. Finalmente, para eso estamos aquí ;)
“Bienaventurados los que se ríen de sí mismos porque nunca les faltará material para reír” Anónimo